viernes, 24 de junio de 2011

¿Habrá dos sin tres?




¡¡¡Hola, que no aló, desde Valencia (España)!!! Tras 24 horas de viaje con retrasos incluidos, borrada una vez más la raja en asientos varios, vuelvo a casa, aunque esta vez no por Navidad. Ahora la pregunta es la del título de la entrada: ¿habrá dos sin tres? Después de haber volado tres veces de Bogotá a España y dos en el trayecto contrario, ¿se empatará el marcador o habrá una excepción al tradicional refrán que encabeza este escrito? Las apuestas están abiertas. Ah, no se fía a nadie, jajaja.

Respecto al viaje, además citada borrada de raja del culo, he de destacar que, de nuevo, pude disfrutar de banda sonora de tirada de cadena de retrete y caras de apuro vario de la gente en cola. Sí, volví ir sentado justo al lado de los servicios. Por lo demás, tuve una paradita de siete horas en Madrid que aproveché para visitar la plaza revolucionaria de Sol y degustar el primer, que no último, bocadillo de jamón y caña. El marco no pudo ser mejor. El Museo del Jamón de Madrid. El precio: dos euritos (5.000 pesos. Es que ahora lo paso todo a pesos).

Allá han quedado, por ahora, las busetas suicidas, las charlas con celadores, el guaro, el reggaetón sí o sí, las malas imitaciones de españoles que hacen los colombianos... Pero sobre todo, allá han quedado, también por ahora, algunos buenos amigos. Como no quiero que esto acabe en un baño de lágrimas, voy a correr un estúpido velo.

¡¡¡Colombia, aquí un amigo. Nos vemos pronto!!!

PD: ¿por qué no habrá arepas en España? Me apetecía desayunar una, pero boyacense. Mmm... baba, baba, baba...

PD bis: falta una imagen de Valencia para completar el itinerario fotográfico del viaje, pero no había falleras en el aeropuerto, juasss.   

viernes, 17 de junio de 2011

Ahí va un batiburrillo (quería usar esta palabra y no sabía cómo meterla)


Saludos cordiales desde la tierra sin estaciones. Una tierra en la que da igual el día que sea porque las temperaturas siempre van a estar ocilando, más o menos, en los mismos valores. Un poco monótono al final, la verdad. Aunque también es cierto que, de este modo, nadie se puede quejar del calor en verano, ni del frío en invierno, tal y como pasa en cierto país al otro lado del Atlántico. ¡Si la cuestión es quejarse!

A todo esto, preocupado ando estos días por un mapa que vi. ¿Es cierto que han movido las ciudadades en España? Es que vi que en Valencia ya no tenemos costa y somos de interior y me puse a temblar. En realidad, creo que todo es un invento de los chinos que fabrican estas cosas. Sí, también aquí se venden.

Por otra parte, adjunto en la presente entrada el cartel promocional de las tortillas españolas de venta en Bogotá, por ahora. Los lectores de este blog pueden hacer sus pedidos con un descuento del 0,7 por ciento que donaremos a ONG's, jajaja.

Además, me enorgullezco en presentar el último trabajo en el que he tenido ocasión de participar, nuevamente de forma altruista y en mi papel de ONG ambulante, por seguir con el tema solidario. Vamos, que no he recibido remuneración, dinero, pasta, plata, money, pelas, ni un duro...

Y hasta aquí hemos llegado, porque más no hemos preparado. Abrazos y todas esas cosas.

viernes, 10 de junio de 2011

¿Señales en el camino?


¡¡¡Al buen viernes y feliz fin de semana!!! Es curioso, pero aquí en Bogotá la gente sale de rumba (fiesta en España) más los viernes que los sábados. ¿Será que no conocen el sábado, sabadete...?, jajaja.

En cualquier caso, a pesar del título, no voy a hablar de marcianos u otros habitantes de la galaxia en la presente entrada, sino de otro español. Su nombre es Nacho y hoy (jueves) tuve la ocasión de conocerlo en el barrio (yo ya... como en casa, jajaja). Es madrileño y hace aproximadamente año y medio que empezó un viaje en bicicleta por África. De allí, en barco, cruzó a Sudamérica. En breve, tiene la idea de seguir por Centroamérica y con visos de no regresar demasido pronto a casa. El caso es que este encuentro me ha hecho recordar que ya hace año y medio que yo también dejé Valencia y, aunque no como causa fundamental, como él, también empujado, en parte, por la crisis. Así, sin pensar demasiado, he llegado a la conclusíón de que la susodicha, al final, va a resultar que no sólo ha conllevado cosas malas, sino que a muchos nos ha hecho más felices, jeje. Sea como sea, su historia, además, ha despertado un poco las lombrices de mi culo. Veremos. Ah, os dejo aquí el blog en el que Nacho escribe y publica fotos de su viaje: http://nateto.buzznet.com/user/

Mientras, como anunciaba en la anterior entrada, el futuro está en la tortilla española, y más aquí en Colombia, donde gusta y mucho. Así, ya se ha puesto en marcha la operación "Hay que echarle un par de huevos... por lo menos". Si queréis ir reservando alguna para que os la llevemos a domicilio, podéis hacerlo desde ya. No quiero cerrar el tema sin dar las gracias al Alhambra por su inspiración.

Aprovecharé esta última parrafada para hablar de los nombres colombianos. Ya me había fijado en que hay algunos muy raros para nosotros, pero es que el otro día conocí al hasta ahora ganador. Un tío cuyo segundo nombre es Stip. ¡¡¡Y mira que ya había visto algún Stiven (no, no me he equivocado al escribirlo)!!! ¡¡¡Al final mi Francisco José va a ser una bendición!!! Sigo buscando...

Hasta aquí hemos llegado. Pasajeros bajen del blog o, mejor, sigan visitándolo. Besos y abrazos, a diestra y siniestra (como han repartido los antidisturbios en Valencia. Mamá, tengo miedo de volver).

QNSMO (que no se me olvide): en Bogotá se pueden encontrar auténticas obras de arte por la calle (ver la imagen superior, juasss).

viernes, 3 de junio de 2011

De guateque. En Bogotá. Saca el güisqui cheli...


... para el personal... Saludos, tortillita española y vino valenciano en panza mediante, jeje. Y es que el proceso de "colominización", ya nombrado en alguna ocasión en este blog, no consiste sólo en las cosas, con más o menos rombos, en las que estáis pensando. El citado proceso también comprende el mostrar a los habitantes colombianos las excelencias gastronómicas de la madre patria. En este caso, los afortunados han sido Santiago, el pintor, y Gustavo, el ciclista (ver capítulos anteriores).

Antes del guateque relatado en el anterior párrafo, el pasado sábado disfrute en casa de Alejo (compañero barcelombiano: http://www.youtube.com/user/barcelombia) de un asado. En este caso no hay documentos gráficos, ni memorísticos. La culpa fue del "guaro". Ahora vais y lo buscáis, jajaja.

Por lo demás, no contratéis nuncca a un meteorólogo colombiano. El domingo dijeron que había acabado el fenómeno de La Niña y sus fuertes lluvias. Desde entonces, ha caído agua del cielo todos los días. Eso sí, dicen que no es lo mismo porque no llueve con tanta intensidad, jaaa.

A la espera de nuevas novedades novedosas y sin pretender ser redundante, besos a diestra y siniestra.

PS (Puede Ser): el futuro está en la tortilla de patata.