¡¡¡No quiero más carne (animal)!!!

¡¡¡Muuuuu!!! Atrás quedaron los pingüinos. Ahora, después de una semana en Buenos Aires ya hablo como las vacas... ¡¡¡de comer tanta carneee!!! Por cierto, les puede decir alguien que esos animalitos que se pescan en el mar también se comen, jajaja.

Aquí, en Buenos Aires, me he disfrazado de guiri total, ¡¡¡hasta he cogido el bus turísticooo!!! Pero creo que he visto todo lo importante (decidme si me dejo alguna cosa... y no seáis cerdos, por favor, jeje): Casa Rosada, plaza de Mayo, la Boca (incluida la Bombonera), avenida 9 de Julio y Obelisco, San Telmo, Palermo, Puerto Madero (con su puente de Calatrava y todo. ¿A qué os imagináis cómo es?), Recoleta (en el cementerio huele a muerto. Suele pasar), tango (ya sé siete pasos. Me ofrecieron quedarme como profesor debido a mi porte, pero decliné la oferta, juajuasss), partido de fútbol de River en el Monumental contra Arsenal (no tengo fotos. Como estaba en la grada de las barras bravas me recomendaron no sacar la camarita a pasear. Había gente más peligrosa allí que en el avión de Con Air), argentinas (para vosotros) y boludos y pelotudas (para vosotras)...

¡¡¡Y sííí, he comido carneee!!! ¡¡¡Aquí se lo comen todo...de la vaca!!!, jajaja. ¡Ahhh!, y alfajores, y empanadas, y dulce de leche...

La verdad es que la ciudad se asemeja bastante a Madrid y hace calooor, mucho calooor... Además, el mismo que tenemos en Valencia, más pegajoso que un gargajo verde después de tres días de resfriado, juasss. Y los mosquitos, ¡qué decir de los mosquitos! Me han dejado el cuerpo lleno de 'fabas' (l'uuull, jajaja).

Bueno, pues mañana otras 17 horas de bus hacia Iguazú. ¿A qué?, pues a ver las cataratas. No sé si las encontraré porque me han dicho que son muy pequeñas y no hacen ruido.

¡¡¡Chao, chao y arreglaooo!!!