martes, 1 de marzo de 2011

Del Bronx de Bogotá a algo parecido al paraíso



¡¡¡Al habla Pachooo!!!

Semana de contrastes. Éste podría ser el subtítulo de la presente entrada. Comenzaré por lo más lejano en el tiempo que fue la visita el pasado jueves al Bronx de Bogotá. Por el nombre, supongo que ya habréis decidido que no se trata de un parque de atracciones, jajaja.  Es más, os comentaré que es la zona que ha sustituido a otra que se conocía con el nombre de El Cartucho, casi "naaa", y que cumplía el mismo papel. Ésta última era más amplia y calentita, como dicen por acá. ¿Y qué se puede encontrar en este Bronx bogotano, también conocido como la L por la forma que adoptan las calles que lo componen? Pues, como si de la calle de un mercadillo con sus tenderetes y toldos se tratara, existe todo tipo de oferta, no de bragas o calcetines baratos al grito gitano de "¡¡¡venga niñas que se me acaban!!!, sino de sustancias digamos que... ¿ilegales?: bazuco, perico, marihuana... La curiosidad me llevo a este sitio acompañado de un compañero colombiano. En este caso, la curiosidad bien pudo haber matado al gato, aunque he de decir que miedo tampoco pasé, que por algo uno se apellida Valiente, jeje. Eso sí, con cinco minutos respirando ese ambiente tenso, fue más que suficiente, por ahora, para conocer otra realidad de esta ciudad. Una realidad que ni siquiera una gran parte de sus habitantes conocen de primera mano. Espero recuperarme pronto de las secuelas*. 

Para compensar, el fin de semana un equipo de grabación compuesto por tres españoles y dos colombianos fuimos a un chalet a Melgar (con piscina y jacuzzi incluidos), por gentileza de la familia Cifuentes Castro. Se trata de un pueblo turístico que, situado a unas dos horas y media de Bogotá, podría ser como la sierra para los madrileños. Eso sí, el paisaje selvático y las temperaturas tropicales de este lugar de retiro para muchos bogotanos, aderezadas con una gran flota aérea de zancudos, poco tienen que ver con el lugar al que van a descansar muchos "madriles", juasss. Allí, nos dedicamos a ponernos morenos, pero también a aprovechar el tiempo para rodar un par de obras maestras del séptimo arte. En breve, en las mejores páginas de internet y concursos. Allí, como fin de rodaje, disfrutamos de una paella "a la brosa", es decir, vegetariana. 

Hablando de cine, no quiero despedirme sin dar la enhorabuena por su Oscar a mi futura esposa. ¡Enhorabuena, Natalie!, jajaja.

¡¡¡Auuu, cacauuus!!!

* La frase etiquetada con el asterisco se refiere a la primera fotografía, pero no debería ir al final del párrafo del Bronx sino al final del siguiente, el del rodaje en Melgar. Perdón por las lágrimas derramadas y la preocupación suscitada. Nunca hagáis de secuestrado.

La PD: se acabó el jamón... y sin él no puedo estar.      

3 comentarios:

  1. Xeeeee..fica-li caldo a eixe arròs, deshonrat!!
    por aqui es noticia (cágate!)la patada que le dio un jugador de la Liga colombiana a una lechuza.. 'El jugador del Deportivo Pereira, nunca imaginó que la patada que le propinó a una lechuza "con el fin de hacerla volar" causaría tal escándalo'.
    Pon la dirección para enviar víveres!!

    ResponderEliminar
  2. Madre mía Paco no me peques esos sustos, que una nos está para muchos trotes.
    Pasa la dirección de esas obras maestras que ya sabes que tienes un voto seguro ;P

    ResponderEliminar
  3. Tío, por fin te han dado tu merecido, ja, ja, ja!

    ResponderEliminar