Y sigo sin oro, ni del que cagó el moro (sin ánimo de insultar)

¡¡¡Españoles!!! Bueno... y extranjeros, jeje. Es que todavía estoy con la emoción en el cuerpo tras la festividad en Colombia el pasado lunes del Día de la Raza. En realidad, es el Día de la Hispanidad, pero, ¿a que impone más el nombre que le dan aquí? Vale Paco, va, que esto está quedando un poco xenófobo, jajaja.

Sigo adelante. Como reza el título de la entrada, después de la visita a la laguna sagrada de Guatavita, sigo siendo pobre. Pobre, pero "honrao". Resulta que sí debe haber todavía oro allí, pero, hoy en día, no es posible excavar, ni ir con el platito como en el oeste a buscar pepitas. Por cierto, dada mi ignorancia, me veo obligado a rectificar y comentar que bajo la laguna sagrada no hay ninguna ciudad llamada El Dorado. La leyenda, o realidad, habla mas bien de la citada laguna como el lugar en el cual se realizaba el rito de "coronación" del cacique muisca. En este rito se cubría al elegido con polvo de oro y los asistentes realizaban ofrendas con el valioso material. Ni que decir tiene que los españoles practicamos un poquito el desfalco en la zona cuando llegamos. Por mi parte, estaba pensando presentarme para caquique, pero, además de tener que estar como nueve años en una cueva, debían superar una noche sin parpadear mientras unas cuantas señoritas, las más feas no eran, de la comunidad, les "provocaban", jojooo.

Después de la laguna, la visita al pueblo nuevo de Guatavita (el viejo está bajo las aguas de un embalse), con su plaza de toros llamada la Real Maestranza, y una comida a base de chunchullos, de los que sé que os apasionarían, completaron la jornada dominical.

A ver, a ver, a ver qué más. ¡Ah!, os quiero avisar de que en Colombia el Gobierno también te hace pagar impuestos, y salud, y jubilación... Por último, pero no menos importante, hoy me voy a comer paella de la buena, hecha por el hombre de La Pobla Tornesa que lleva más de 20 años en el país y que tuve ocasión de conocer el Día de la Comunidad Valenciana.

Así pues... ¡¡¡Bon profit!!!

PD: esta entrada está dedicada a Mario, un nuevo valenciano sobre la faz de la tierra.